JUEGO DE PATRIOTAS: EL ESPAÑOL INVENTOR DEL TENIS, UN MANRESANO HIJO DE UN LIBERAL EXILIADO
El 6 de mayo de 2018, coincidiendo con la celebración del Mutua Madrid Open de Tenis, publiqué en “El País” el resultado de mis investigaciones sobre la figura de Juan Bautista Luis Augurio Perera y Orfila, un comerciante español de origen catalán residente en Birmingham (Gran Bretaña) a quien se considera inventor del tenis moderno en 1865 junto a su amigo el mayor Thomas Henry Gem. Los detalles de mi investigación desmentían algunas afirmaciones acerca de la biografía de Perera, a la vez que confirmaban algunos aspectos singulares de la misma. Es un honor reivindicar de nuevo en las páginas de este blog, con la ampliación de mi investigación, el lugar preeminente de este español en la historia del deporte a las puertas del bicentenario de su nacimiento.
En diciembre de 1986, saltó en España la
noticia de la venta de una casa en el número 8 de Ampton Road, en Edgbaston, en
la ciudad de Birmingham. La casa tenía una historia bastante peculiar. Había
sido propiedad, desde al menos 1856, de un comerciante de raíces desconocidas
pero nombres y apellidos de origen español: Juan Bautista Luis Augurio Perera y
Orfila. A este personaje misterioso se unía una historia aún más peculiar,
ignorada por muchos: Perera y Orfila había sido el inventor del tenis moderno
en el jardín de su propia casa en Birmingham, junto con su amigo el mayor inglés
Thomas Henry Gem, abogado y escritor.
Los
dos amigos eran aficionados al juego del “racket”, disciplina que se jugaba en
interior. Decididos a innovar, tuvieron la idea de aprovechar el campo (“lawn”)
de croquet que Perera tenía en su jardín para instalar sobre el césped una red de
cuatro pies de alto (1,2 metros) y marcar un terreno de juego rectangular de
30x12 yardas (11x27,5 metros aproximadamente). Al nuevo juego lo llamaron en un
principio “lawn pelota” y “lawn racket” para finalmente bautizarlo como “lawn
tennis”.
Se
desconoce la fecha exacta en la que Perera y Gem comenzaron a jugar al tenis
moderno, pero se sitúa en torno a 1859, es decir, un cuarto de siglo antes de
que el mayor Major Walter Clopton Wingfield, a quien tradicionalmente se
había identificado como su inventor, estableciera las reglas del juego de su nueva
creación, el “Sphairistikè”, hasta entonces considerado el precursor de este
deporte.
La
antigua casa de Perera en Edgbaston luce hoy una placa en la que se recuerda: “En
1865 fue creado y jugado aquí el juego del tenis sobre hierba por el Mayor T.H.Gem,
abogado y deportista, y J.B.A. Perera, comerciante”.
Varios
investigadores, como Fernando Arrechea y Kirsty Hooper, han rastreado a lo
largo de los últimos años la trayectoria de Perera en Inglaterra. Sus pesquisas
no dejan dudas sobre el origen español del inventor del tenis. Entre los
documentos que han esgrimido se encuentra el censo inglés de 1871, en el que
aparece como nacido en España, aunque nacionalizado británico, y residente en
Edgbaston con su esposa Louisa, con quien había contraído matrimonio en 1847, y
sus hijos Fanny Elizabeth, Joseph Carles Augurio, Adrianne Louisa y Carmen
Mariana.
El
acta de nacionalización de Juan Bautista Augurio Perera, conservada en los
Archivos Nacionales del Reino Unido, expresa claramente que “es natural del Reino de España”. En ese mismo acta, firmada el 25 de febrero de 1856, el propio Perera afirma que lleva
residiendo treinta años en Inglaterra, los diez primeros en Londres y el resto
en Birmingham, y que tiene intención de residir permanentemente en el país. Se
declara casado, con cuatro hijos, y dedicado “a los negocios como comerciante
en Birmingham”. Su empresa tiene su sede en el número 28 de Great Charles
Street de esta ciudad. Es por esta dedicación por lo que Perera pide la
nacionalidad británica, con el fin de “obtener y poseer tierra en Inglaterra
para erigir un almacén y poder llevar sus negocios de comerciante más
eficientemente”.
Perera
solicitó la nacionalidad británica en 1856, un año después de la muerte en
Manchester, a los 62 años, de su padre, Augurio Perera y Pla, antiguo militar español exiliado
en Gran Bretaña. Es precisamente el historial militar de su padre, nacido en
Manresa en 1793, el que arroja luz definitiva sobre el origen del inventor del tenis,
después de décadas de suposiciones y especulaciones.
La
hoja de servicios de Augurio Perera y Pla, conservada en el Archivo General
Militar de Segovia, comienza en una fecha muy señalada para la historia de
Cataluña y de toda España: el 6 de junio de 1808, día de la primera batalla del
Bruch, en la que los somatenes y compañías de Manresa y otras comarcas frenan a
los 3.800 hombres de la división del general francés Schwartz que se dirige a
la ciudad a poner fin a la sedición de sus habitantes contra Napoleón. Es la
primera gran derrota militar de las fuerzas invasoras a manos de los patriotas
españoles.
Augurio Perera y Pla participa con quince años en la guerra contra los franceses, no sólo en las dos batallas del Bruch, también en el segundo sitio de Girona. Su hoja de servicios incluye también las acciones de las Rocas de Droc, el puente de Molins de Rey, Manresa, Monserrat e Igualada.
Las crónicas sobre las batallas del Bruch se refieren a él
como “Augurio Perera Menor” puesto que hablan también de la heroica actuación
de su padre, Augurio Perera y Soler, fabricante de seda de Manresa, en la lucha
contra los franceses. Ambos acreditan, en aquellas jornadas bélicas en torno a
Manresa, su arrojo y valentía capitaneando a las guerrillas que hacen frente al
invasor. Así figura en un relato de sus hazañas publicado por el “Diario de
Mallorca”, con fechas de 18 y 19 de mayo de 1810, que se puede consultar en la
Biblioteca Nacional de España. Sin embargo, el profesor Alberto Gil Novales
afirma en su “Diccionario biográfico español 1808-1833” que una investigación posterior
llevada a cabo por la Junta del Principado de Cataluña en 1811, iniciada ante una
petición de recompensa formulada por el propio Perera y Soler por haber liderado
a los somatenes en la primera batalla del Bruch, revelará que ese liderazgo lo
ejerció en realidad Mauricio Carrió y Serracanta. Sí quedará acreditada, en
cambio, su participación en la segunda batalla del Bruch, el 14 de junio, a las
órdenes del canónigo Ramón Muntanyá.
A
pesar de ello, otro de los hijos de Augurio Perera y Soler, Juan Bautista, capitán
del Ejército y de las Milicias Nacionales, hizo público elogio en 1859 del relevante papel de su padre en la primera batalla del Bruch, al entregar como obsequio
al que fuera ministro Pascual Madoz, durante una vista de éste a Manresa, un
bastón de mando capturado por su progenitor a un comandante francés en aquel campo
de batalla.
De
ello daba cuenta el diario barcelonés “La Corona” en su edición del 9 de
octubre de 1859, donde además reproducía la carta que Juan Bautista Perera y
Pla había entregado a Madoz junto con el bastón, resumiéndole la hoja de
servicios de su padre, el abuelo del inventor del tenis moderno, en la Guerra
de la Independencia:
España
toda, bien lo sabéis, se levantó como un solo hombre en 1808 al grito de
independencia, religión y patria contra un ejército aguerrido sí, pero invasor
y por lo tanto impotente en nuestra patria.
En
la misma época y por igual causa, conducidos al campo de batalla los habitantes
de este país por el canónigo Sr. Montaña, representando al clero; mi estimado
padre D. Augurio Perera y Soler, que representaba al municipio; el labrador
señor Carrió a los de su clase, y el Sr. Amorós a los artesanos, unidos los
valientes manresanos con los somatenes de los pueblos del corregimiento puestos
frente a frente en las montañas del Bruch con una división del ejército francés,
entonces nuestro común enemigo, se libró una de las primeras y más gloriosas
batallas, cuyo ejemplo conmovió y entusiasmó a toda Cataluña, cuyo eco resonó
en toda la Península, y en la que mostraron los catalanes de lo que son capaces
cuando les anima el fuego sagrado de la patria.
Esta
acción de guerra fue una de las páginas más brillantes de aquella magnífica
epopeya llamada guerra de la Independencia española.
Acaudillados
aquellos valientes por mi indicado padre se rompió el fuego, у a los primeros
tiros cayó de un caballo mortalmente herido el comandante de la vanguardia del
ejército enemigo y su bastón de mando cayó rodando al suelo y de él se apoderó
mí padre.
Durante su campaña y hasta 1812, que a consecuencia
de sus irresistibles fatigas de la guerra sucumbió, fue siempre su inseparable
compañero.
Con
él estuvo en infinitos encuentros y acciones de guerra en las Rocas de Droc, Martorell,
Molins de Rey, Igualada, Manresa, Tarragona, Capellades, Solsona, Monserrat y
otros muchos, y particularmente en el levantamiento del sitio de la inmortal
ciudad de Gerona.
Lo
dicho creo bastará para que comprenda V.E. lo que para mí significa, lo que
vale y valdrá para V.E. este bastón fruto recogido hace cincuenta años en el
campo de batalla por mi padre en defensa de la más noble de las causas. Este
bastón es el recuerdo de una acción gloriosa, de uno de los más heroicos hechos
del país catalán, es el recuerdo de un hecho gigantesco del fruto de la unión
del pueblo heroico de Manresa y sus pueblos comarcanos; prenda que recuerda toda
una época gloriosa e histórica; época que produjo la independencia y libertad
de España, que dio origen a las instituciones liberales del presente siglo por la
proclamación del Código constitucional de 1812; prenda que prueba á cuanto
alcanza el patriotismo y la unión, esa unión que entre todos los liberales con
tanto celo predica V. E.
El
abuelo y el padre del inventor del tenis reclaman, por tanto, su lugar en la
historia de los patriotas españoles que hicieron frente en Cataluña a la
invasión napoleónica. A ello se suma su acendrado liberalismo, que el
progenitor del futuro comerciante de Birmingham llevará hasta sus últimas
consecuencias.
En
1813, Augurio Perera y Pla es destinado al Regimiento Provisional de Mahón y
luego al Regimiento de Infantería de Nápoles, con el grado de teniente, si bien en 1812 se le había concedido el grado de capitán con carácter interino por el teniente general Luis Lacy, general en jefe del Principado de Cataluña. En la
ciudad menorquina Augurio Perera y Pla conoce a su futura esposa, Francisca Orfila y Fábregues, con
quien contrae matrimonio en 1816.
Por una solicitud de indulto al rey Fernando VII, por razón de haberse casado sin la preceptiva licencia real, sabemos que en mayo de 1820 el padre del inventor del tenis se encuentra destinado en Cataluña, con el Regimiento de Infantería de Murcia n.º 22. Su hoja de servicios concluye en marzo de 1821 en ese destino, ya en pleno Trienio Liberal, cuando Fernando VII ha aceptado de nuevo la Constitución de 1812. En 1817 reclama al rey que se le conceda el grado de capitán al que había renunciado antes de ser destinado a Mahón.
En la “Gazeta de Madrid” del año 1822, concretamente la del día 16 de agosto, nos encontramos a Augurio Perera y Pla combatiendo en las inmediaciones de Manresa contra el cabecilla realista Misas en defensa de la Constitución liberal. La “Gazeta” reproduce el parte del “Indicador Catalán”, una publicación de Barcelona, sobre los choques entre liberales y absolutistas en la llamada “guerra constitucional” de 1822-1823 en Cataluña, que precederá a la invasión de España por los “Cien Mil Hijos de San Luis” en apoyo de Fernando VII y la restauración del absolutismo.
El
parte, que define a Augurio Perera como “natural del país”, está fechado y
firmado en Manresa por el que un año después será Capitán General de Cataluña,
el brigadier Antonio Roten. Roten da cuenta de las operaciones militares de los
constitucionalistas contra las incursiones del cabecilla Misas en Monistrol de
Montserrat, Navarclés y Sallent de Llobregat, todas ellas poblaciones cercanas
a Manresa. En ellas interviene el joven capitán del Regimiento de Murcia,
Augurio Perera, que a su valor acreditado une su profundo conocimiento del país.
Juan
Bautista Augurio Perera nace en ese violento año de 1822, mientras Cataluña
arde por la guerra civil entre constitucionalistas y absolutistas. La presencia
entonces de su padre en Manresa, como oficial de las fuerzas liberales, señala
indubitadamente a esta localidad como la más que probable cuna del inventor
español del tenis moderno.
El
destino del pequeño Juan Bautista seguirá ligado, en años venideros, al del
padre. En 1826, Augurio Perera y Francisca Orfila salen de España con su retoño
para recalar en Inglaterra. El nacimiento en su nueva patria de los dos hijos
siguientes del matrimonio, Pedro Ricardo y Federico, deja entrever la
posibilidad de que, después de la intervención de los “Cien Mil Hijos de San
Luis”, el liberal Augurio Perera pudiera haber sufrido un forzoso distanciamiento
de su mujer, a causa de haber estado en la cárcel por su oposición al
absolutismo fernandino.
Del
acendrado liberalismo de la familia Perera sabemos por el diario barcelonés “La
Corona” antes citado, que el 29 de septiembre de 1863 publicaba un manifiesto
de Juan Bautista Soler y Pla, tío del inventor del tenis, como candidato del
Partido Progresista por Manresa. Como colofón al manifiesto, el propio periódico barcelonés
hacía un elogioso canto al compromiso de la familia Perera con los valores
liberales:
Habiendo
el señor Perera, sin duda por su conocida modestia omitido hablar de los
brillantes antecedentes y de los de su familia, nos permitiremos poner a
continuación los que nos han facilitado los amigos, por considerarlos dignos de
que vivan en nuestra memoria.
Don
Augurio Perera y Soler, padre de don Juan Bautista, regidor síndico de la
ciudad de Manresa, y uno de los principales caudillos que en 1808 dio y alcanzó
la primera batalla en el Bruch contra las águilas francesas, cuyos
incontestables hechos constan en la historia contemporánea. Nada extraño, pues,
que ejemplo de tanta abnegación y patriotismo fuese emitido y secundado por sus
hijos en el terreno de los principios constitucionales. En efecto: los cuatro
mayores se consagraron desde su juventud al sostén y defensa de las
instituciones liberales, obteniendo, por único resultado, las virtudes cívicas
del padre y la constancia inquebrantable de los hijos, haber desaparecido todo
el patrimonio de la casa de Perera y pasado a otras manos durante su forzosa
emigración; haber muerto uno de sus hijos en el campo del honor; otro sepultado
a Inglaterra, a donde tuvo que emigrar, siendo capitán de infantería;
conquistando otro el grado de teniente coronel en cien combates encarnizados
contra los enemigos de las instituciones liberales, en favor de las que, bien
sabrán muchos compatricios lo que ha hecho, ejerciendo los mandos militares del
distrito y procurado siempre el bien de los pueblos y de la ciudad de Manresa.
Como
se puede apreciar, la nota menciona a tres hijos de Augurio Perera y Soler, aparte
de Juan Bautista, que se dedicó después de su vida militar a impulsar como
empresario distintos proyectos de ferrocarril en Cataluña: el primero es un hijo
muerto en combate, cuya identidad no he conseguido averiguar; el segundo es sin
duda Augurio, fallecido en el exilio en Inglaterra; y el tercero es Mariano, nacido en Manresa en 1800, que llegó a comandante del ejército, según consta en la hoja de servicios conservada en el Archivo General Militar de Segovia. Mariano luchó como teniente de la Milicias Nacionales en la Primera Guerra Carlista y desde 1841 fue ayudante auxiliar de la inspección de Carabineros de Costa y Fronteras de las cuatro provincias de Cataluña, de cuya labor recoge la prensa de la época diversas actuaciones contra la falsificación de monedas
y el contrabando.
Es
muy probable que en su exilio inglés, Augurio Perera y Pla inculcara a su
primogénito los principios liberales que habían inspirado su vida a tan alto
precio como el exilio. Pero también debió aleccionarle en su determinación de
pasar página de aquel terrible pasado de guerras y luchas fratricidas que a él
le había tocado padecer, para que su hijo pudiera disfrutar de la nueva vida
que el destino les había deparado en Inglaterra.
Seguro
que el joven Juan Bautista Augurio asumió la lección de su padre a conciencia y
la puso en práctica mientras corría con toda su energía sobre la hierba del
jardín de su casa en Ampton Road, raqueta en mano, en el nuevo juego de
destreza, fuerza y caballerosidad que acababa de inventar.
Muy
poco se sabe de la vida de Juan Bautista Augurio Perera en Inglaterra después
de que con su amigo Thomas Henry Gem fundara en 1872 el primer club de tenis en
Leamington Spa. Se especula con que falleció hacia 1889, con cerca de 70 años
de edad. Algunos años antes, en 1874, su amigo Gem había dejado escrito, en una
carta al semanario “The Field”, que la invención del tenis era mérito
exclusivo de su amigo Perera, el español de Manresa exiliado por las trágicas
vicisitudes de su nación.